“No cierres tu oído”
“El que cierra su oído al clamor del pobre, también el clamara y no será oído. “Proverbios 21:13
¿Cuántas veces hemos escuchado de alguna necesidad y simplemente la ignoramos, cuántas veces sabemos de alguien enfermo en casa
y no acudimos?, creo que en este versículo la palabra pobre significa alguien que tiene alguna necesidad puede ser dinero, ayuda con
sus hijos, compañía, consejo, simplemente acompañarla.
Muchas veces estamos tan enfocados en nosotros mismos y nuestras necesidades que estamos ciegos al ver a los demás.
Déjame compartirte como entendí claramente estas palabras. Hace algunos años yo estaba en una iglesia tenía muchos amigos,
familia, etc.
Involucrada en todo y con 3 hijos y 1 esposo, cuando escuchaba que alguien se había enfermando o necesitaba de alguna ayuda, yo
nunca me ofrecía, siempre tenía muchas cosas que hacer y pensaba que Dios así lo veía; oraba eso sí, pero no acudía al
necesitado.
En una ocasión me tuve que someter a una histerectomía, la cual requería de mínimo 3 semanas de estar en reposo total, me puse en
manos de Dios y me operaron, se complicó la recuperación y estuve en cama 2 meses. Dios tenía propósitos, déjame decirte que
fueron unos meses en los cuales yo pude tener un encuentro con Dios cara a cara, nadie acudió a visitarme, ni llamaban, reflexione
mucho acerca de lo que las personas sienten cuando están enfermas en casa, no podía pararme para nada, Dios trabajo mucho en mi
corazón para que no acumulara rencor ni reproches, sino con humildad pude recordar que nunca acudí yo a ellos, que podía esperar,
nunca fui a ver a ninguna amiga al hospital cuando tuvieron a sus bebes, nunca supe como hacían cuando se enfermaban y no tenían quien les ayude con sus hijos, la única persona que me atendió en casa fue mi esposo, le agradezco a Dios por esto, pero cuando él se
iba al trabajo, nadie más, solo lloraba en cama, fue muy duro y doloroso. Pero, aun en medio del dolor y reflexión Dios tuvo
misericordia de mí y mando 2 ángeles de mi misma iglesia una si era mi amiga y otra la conocí la misma semana que me iban a operar,
me llevaban de comer, me llevaban remedios naturales, me llamaban, cada acción de ellas era una caricia de Dios para mí.
Querido hermano, espero que no tengas que entender estas palabras como yo, sino que esta experiencia sea de bendición
para tu vida y puedas en tu corazón reconocer que venimos a servir, tenemos que estar presto a las necesidades del prójimo, hay
tantas formas de hacerlo, no cierres tus oídos y escucha la necesidad, así Dios escuchara la tuya, es promesa.
Deseo que sea de bendición para tu vida
Betty Valdes