EL ES EL MISMO POR SIEMPRE.
Pero tú eres el mismo,y tus años
no tendrán fin. Antes que los montes fueran engendrados,
y nacieran la tierra y el mundo,desde la
eternidad y hasta la eternidad, tú eres Dios.
Porque yo, el SEÑOR, no cambio; por eso
vosotros, oh hijos de Jacob, no habéis
sido consumidos.
Jesucristo es el mismo ayer y hoy y por
los siglos.
Toda buena dádiva y todo don perfecto
viene de lo alto, desciende del Padre de
las luces, con el cual no hay cambio ni
sombra de variación.
Los dones y el llamamiento de Dios son
irrevocables.
Dios no es hombre, para que mienta,ni hijo de
hombre, para que se arrepienta. Que las misericordias del SEÑOR jamás
terminan, pues nunca fallan sus bondades.
El conserva su sacerdocio inmutable puesto
que permanece para siempre. Por lo cual
El también es poderoso para salvar para
siempre a los que por medio de El se
acercan a Dios, puesto que vive
perpetuamente para interceder por ellos.
No temas, yo soy el primero y el último.
Sal. 102:27; 90:2 Mal. 3:6 Heb. 13:8
Stg.1:17
Ro. 11:29 Num.23:19 Lam. 3:22
Heb. 7:24,25 Ap. 1:17