Porque habéis muerto, y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios.

Nosotros, que hemos muerto al pecado, ¿cómo viviremos aún en él?

Con Cristo he sido crucificado, y ya no soy yo el que vive, sino que Cristo vive en mí; y la vida que ahora vivo en la carne, la vivo por fe en el Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.

Por todos murió, para que los que viven, ya no vivan para sí, sino para aquel que murió y resucitó por ellos.

De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí, son hechas nuevas.

Nosotros estamos en aquel que es verdadero, en su Hijo Jesucristo. Este es el verdadero Dios y la vida eterna.

Como tú, oh Padre, estás en mí y yo en ti, que también ellos estén en nosotros.   

Vosotros sois el cuerpo de Cristo, y cada uno individualmente un miembro de él.

 Porque yo vivo, vosotros también viviréis.

Al vencedor le daré del maná escondido y le daré una piedrecita blanca, y grabado en la piedrecita un nombre nuevo, el cual nadie conoce sino aquel que lo recibe.

  Col 3:3   Ro.6:2  Gal. 2:20   II Co. 15, 17   I Jn. 5:20; 17:21   I Co.12:27   Jn.14:19   Ap.2:17