EL SEÑOR ES MI PORCIÓN
Yo soy tu porción y tu herencia.
¿A quién tengo yo en los cielos, sino a ti? Y fuera de ti, nada deseo en la tierra. Mi carne y mi corazón pueden desfallecer, pero Dios es la fortaleza de mi corazón y mi porción para siempre.
El Señor es la porción de mi herencia y de mi copa; tú sustentas mi suerte. Las cuerdas cayeron para mí en lugares agradables; en verdad mi herencia es hermosa para mí.
El Señor es mi porción–dice mi alma– por eso en El espero.
Tus testimonios he tomado como herencia para siempre, porque son el gozo de mi corazón.
Oh Dios, tú eres mi Dios; te buscaré con afán. Mi alma tiene sed de ti, mi carne te anhela cual tierra seca y árida donde no hay agua. Porque tú has sido mi socorro, y a la sombra de tus alas canto gozoso.
Mi amado es mío, y yo soy suya; él apacienta su rebaño entre los lirios.
Num. 18:20 Sal. 73:25,26; 16:5,6 Lam. 3:24 Sal. 119:111; 63:1,7 Can. 2:16