NOSOTROS, LA IGLESIA

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¿Quién es ésta que se asoma como el alba,
         hermosa como la luna llena,
         refulgente como el sol,
         imponente como escuadrones abanderados?

la iglesia de Dios, la cual El compró con su propia sangre.

Cristo amó a la iglesia y se dio a sí mismo por ella,  para santificarla, habiéndola purificado por el lavamiento del agua con la palabra, a fin de presentársela a sí mismo, una iglesia en toda su gloria, sin que tenga mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que fuera santa e inmaculada.

Y una gran señal apareció en el cielo: una mujer vestida del sol.

Las bodas del Cordero han llegado y su esposa se ha preparado. Y a ella le fue concedido vestirse de lino fino, resplandeciente y limpio.

La justicia de Dios por medio de la fe en Jesucristo, para todos los que creen.

La gloria que me diste les he dado.   

Cant. 6:10   Hch. 20:28   Ef. 5:25-27   Ap. 12:1;  19:7,8   Ro. 3:22   Jn.17:22

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