El mismo Dios

Se aproxima la Navidad y quiero darte de manera anticipada una reflexión de regalo, y una invitación para cerrar el año y comenzar otro de manera diferente. Ama a Dios, y adóralo, con todas tus fuerzas y tu ser. Búscalo como nunca lo hiciste. Apasiónate por El, conviértelo en tu centro absoluto, en Quien rija tu vida y decisiones. No vivas ignorando a Dios como dice mi pastor, no vivas en la sombra de darle la espalda cuando puedes vivir en Su luz admirable, y en el camino que El diseñó para que accedieras a El : Jesús.

Y ama a tu gente, y cuídala. El nos hizo a ti y a mí, nos creó de una manera única. Cuida a las personas que tienes al lado porque son eternas.

De esta manera cierro un ciclo donde he venido hablando del amor, porque Dios me trato profundamente a mi primero en esa área. Si cumples estos dos sencillos principios, cumplirás los dos mas grandes mandamientos.

Ama a Dios y adórale, como El merece ser amado no como tú decidas. No le des al Dios de toda la tierra tus sobras, dale tu mejor tiempo, tu mejor agradecimiento, tu obediencia. Ámate a ti mismo, encuéntrate a ti mismo en El, afiánzate en El date el tiempo y valor de ser restaurado y tomar tu verdadero potencial. Y ama a los demás, cuidando de ellos.

Y si aún estás entre los que resisten abrir el corazón a Jesús, porque quieres seguir guiando tu propia vida, hoy te invito a que entiendas, que eres un alma eterna, y que hoy, es tu tiempo aceptable de conocer al Señor y abrirle tu corazón.

En el siguiente link tienes cómo orar:

http://bahiaesperanza.blogspot.com/2007/09/un-faro-en-la-tormenta.html

Dios guíe cada uno de tus pasos el tiempo que viene, para que seas luz a un mundo oscuro, agua para el sediento. Y para que le des a Dios toda la honra y amor que El merece.

Se acerca la navidad entre un despliegue de luces y compras apuradas.
La ansiedad de la gente habla de un eco instalado en la memoria mundial.
El recuerdo de un día perfecto. Cuando el cielo tocó la tierra en un pesebre.

Y la eternidad se hizo humana.
Eres el mismo Dios, ayer, hoy y siempre.
Jamás ha cambiado la esencia de Tu amor infinito, ni la longitud interminable de Tu dulce Gracia.

El mismo Dios que recoge los cielos como cortinas y que toma cada vida en la palma de su mano infinita y se toma el tiempo de restaurar cada herida.
El mismo Dios de Justicia ilimitada que encuentra interesante ocuparse de cada persona presa en cárceles de tinieblas, para hacerlos libres.

El mismo Rey de Gloria a cuyo paso se abren los abismos, que hace una pausa en la eternidad para tocar la vida de un simple mortal y cambiar su destino al infinito.

Mientras ordenas el Universo y alineas tus ángeles, Tu infinita ternura encuentra el tiempo de detenerse a abrazar cada vida que te tiende los brazos en una oración.

Tu maravillosa perfección derrama Gracia sobre todas nuestras imperfecciones mudándonos a mejores personas.

Que eterna y bella contradicción, que el Creador majestuoso del universo, que fundó la tierra y ordenó sus medidas., se preocupe cada instante, por cada una de nosotros.

Su obra, ha sido suficiente para sustentar el mundo, y al mismo tiempo, sanar, consolar y hacer libre a cada persona.
Y como eres el mismo Dios, hoy, ayer, y siempre, tu precioso amor sigue hoy disponible, para cada vida que se acerca a Ti.
Solo un corazón dispuesto necesita tu gracia infinita para derramar tu río de sanidad, de alegría, de esperanza, y fuerza sin límites.

Eres el mismo Dios que llevaba escondido en mi memoria, el que busque con desesperación en la larga noche de mis años oscuros.
Escondido en mi memoria, el Dios del universo esperaba ser adorado.
Agradecerte no es suficiente.
Adorarte es mi pasión y la razón de mi vida.

No amarte sería un despropósito universal. Mi corazón se inclina a Ti como el sauce sobre el río.
Imposible dejar de amarte. Imposible no adorarte.
Darte gloria es la causa de abrir mis ojos cada mañana. Porque vivo por ti.

Mi vida ha sido sostenida por tu maravilloso amor. Tú cambiaste mis muertes en vida abundante, mis derrotas en victorias arrolladoras.

Cambiaste mis tristezas en risa. Y llenaste mis silencios con Tu voz.
Tal vez yo jamás pueda comprender como tu obstinado amor puede tomar las aguas en la palma de Su mano y ser el mismo que me persigue cuando huyo de ti.

Pero igual, Padre mío, amado Emanuel, querido Espíritu Santo, mis 3 amores, un solo Dios. También yo, obstinadamente, me he dispuesto a amarte por toda la eternidad. Y perseguirte sin tregua hasta alcanzar tu Presencia, y adorarte por siempre.

Felices fiestas.

Edith

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