EL CONTESTA NUESTRA ORACION

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    Porque Dios está en el cielo y tú en la tierra;
         por tanto sean pocas tus palabras.

 

Y al orar, no uséis repeticiones sin sentido, como los gentiles, porque ellos se imaginan que serán oídos por su palabrería. Por tanto, no os hagáis semejantes a ellos; porque vuestro Padre sabe lo que necesitáis antes que vosotros le pidáis.

Entonces…invocaron el nombre de Baal desde la mañana hasta el mediodía, diciendo: Oh Baal, respóndenos.  

Dos hombres subieron al templo a orar; uno era fariseo y el otro recaudador de impuestos. El fariseo puesto en pie, oraba para sí de esta manera: “Dios, te doy gracias porque no soy como los demás hombres: estafadores, injustos, adúlteros; ni aun como este recaudador de impuestos. Pero el recaudador de impuestos, de pie y a cierta distancia, no quería ni siquiera alzar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho, diciendo: “Dios, ten piedad de mí, pecador.” Os digo que éste descendió a su casa justificado pero aquél no; porque todo el que se ensalza será humillado, pero el que se humilla será ensalzado

Señor, enséñanos a orar.

 

Ec. 5:2    Mt. 6:7,8   I R 18:26   Lc. 18:10,11,13,14;  11:1

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