Aprender a vivir como verdaderos cristianos – 3ra parte
3. Venciendo la tentación del mal uso de la libertad cristiana (15-17) . Parecen una contradicción estos versículos pero no y los voy a poner así en mi versión personal: “Vivan como libres viviendo como esclavos”. (gr. los eleutérios = libres se hacen a si mismo doúlos = esclavos) Y precisamente es lo que dice nuestro pastor. No hay ninguna contradicción entre vivir como hombres verdaderamente libres y la obediencia a Dios. No hay peor cosa que creer que la libertad es vía libre a la irresponsabilidad, al libertinaje, a la laxitud moral, a la rebeldía. La libertad es un don maravilloso que Dios puede dar a los hombres que le buscan. La verdadera libertad parte de la base de la fe puesta en Cristo quien nos desata de los efectos desastrosos del pecado y de la muerte y en su perdón encontramos la paz para con Dios. La libertad nos libera de nuestras propias ataduras interiores afectadas por la rebelión original y consiguientes. La libertad nos viene por el libertador de nuestras almas que es el Hijo de Dios. No hay libertad sin Cristo. La libertad nos lleva al servicio a los otros pues primero nos libera del endiosamiento propio. La libertad solo es cristiana, pues es completa y total, comienza en la temporalidad y se extiende por la eternidad. Por todo esto el cristiano se caracteriza por ser respetuoso a todos, en todos los niveles de relación, comenzando por Dios, luego los hermanos y no dejando de lado el respeto a los gobernantes de turno. Pero a cada uno un verbo distinto: a los hermanos amar, a Dios temed y al rey honrar. No tenían los hermanos que confundirse con amar y temed al rey pues ello implicaba otros alcances que no eran los correspondientes. Debían y debemos dar a cada uno lo correspondiente, no sea que terminemos, como algunos, dando lo que no debemos a algunos y restando lo que debemos dar a otros.
4. Venciendo la dureza de los “dueños” de la economía temporal (18-20) . En el tiempo de Pedro, amos y esclavos era una relación común, por ello nosotros tenemos la obligación de poner en nuestro contexto actual los principios en estos textos, como los anteriores, para no caer en una aplicación a-histórica de la Palabra con sus desastrosas consecuencias, en un tiempo donde esta relación no existe sino la de patrón a trabajador, donde los hombres de hoy son libres de aceptar condiciones de trabajo y de salario los cuales son pactados a través de contratos legales con tribunales en caso de desavenencias y con leyes que constantemente se dictan que van regulando estas relaciones. Muchos han juzgado a Pedro y la Biblia como indulgente a los abusos hacia los trabajadores en ese tiempo ignorando cuál era el contexto histórico en que se escriben estos textos que era en medio de la esclavitud donde el hombre-esclavo tenía el mínimo de los derechos, era considerado una “res” (del latín = una cosa y ahora el vacuno, res). Por ello Pedro llama a los hermanos de su tiempo a ser sumisos a sus dueños, no los patrones modernos, incluso a los dueños severos o ásperos (del gr. skolios, de allí igual escoliosis) que constantemente llegaban incluso a golpearlos como una forma de trato normal en aquella época. Por ello aplicar literalmente este texto al tiempo actual en un mundo que ha evolucionado mucho en la relación laboral sería una aberración y por mucho que alguien sea cristiano tiene sus derechos como trabajador de ser respetado y de ser recompensado conforme a los contratos y leyes vigentes. Lo que sí debemos de conservar como principio en este texto es que el trabajador cristiano debe ser el mejor posible, el más responsable, el menos sacador de vuelta, el más laborioso, el que llega y se va a la hora pactada, el que siempre busca el bien de la empresa, el que cumple con el contrato plenamente en ausencia de sus capataces o patrones, el que no roba a su empresa ( el “robo hormiga” –cada día robar a la empresa algo pequeño- es una de las costumbres mas enraizadas en nuestro país, Chile, y que hace mucho daño a la economía subiendo sus costos y por lo mismo igual perjudicando un salario mayor. Hay un mal dicho: “quién le roba al rico no es delito”), el que usa su inteligencia y creatividad a favor de la empresa en que trabaja, el que trabaja con alegría, el que infunde alegría a otros, el que no se queja por todo y anda siempre negativo, el que ora por la empresa en que trabaja, por sus dueños y compañeros de labores. “Honrad a todos” incluye a los patrones, compañeros de trabajo. Ser luz en este mundo es ser un buen trabajador también.