Su parte; nuestra parte
LEA: Josué 1:1-9
Ahora, pues, levántate y pasa este Jordán… no te dejaré, ni te desampararé. —Josué 1:2-5
Siempre que el Señor nos asigna una tarea difícil, nos da lo que necesitamos para llevarla a cabo. Juan Wesley escribió. «Entre las muchas dificultades al inicio de nuestro ministerio, mi hermano Carlos a menudo decía: ‘Si el Señor me diera alas, volaría’. Yo solía responder: ‘Si Dios me pide que vuele, yo confiaré en que Él me dará las alas’».
El pasaje de hoy nos dice que a Josué le entregaron un cargo de gran responsabilidad. Sin duda alguna, la magnitud del desafío que tenía por delante le hizo temblar de miedo. ¿Cómo podría alguna vez seguir a semejante líder como Moisés? Sería imposible que guiara al pueblo a la Tierra Prometida con sus propias fuerzas. Pero junto con las órdenes de marchar, el Señor le dio una promesa de seguridad y tranquilidad: «No te dejaré ni te desampararé» (Josué 1:5). Luego dijo: «Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas» (v. 9). Tales palabras de tranquilidad fueron el respaldo que necesitaba Josué.
Si Dios te ha encomendado para que realices alguna tarea especial que te atemoriza, es tu responsabilidad entrar de lleno en ella. Dependerá del Señor que la culmines.
Si haces tu parte fielmente, Él hará la Suya.