EL PODER DE LA ORACION

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Orad unos por otros para que seáis sanados.

Y Abraham respondió, y dijo: He aquí, ahora me he atrevido a hablar al Señor, yo que soy polvo y ceniza.

Tal vez falten cinco para los cincuenta justos, ¿destruirás por los cinco a toda la ciudad? Y El respondió: No la destruiré si hallo allí cuarenta y cinco.

  Y Jesús decía: Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen. Y echaron suertes, repartiéndose entre sí sus vestidos.

Pero yo os digo: amad a vuestros enemigos y orad por los que os persiguen.

  Yo ruego por ellos; no ruego por el mundo, sino por los que me has dado; porque son tuyos; Mas no ruego sólo por éstos, sino también por los que han de creer en mí por la palabra de ellos,

Llevad los unos las cargas de los otros, y cumplid así la ley de Cristo.

 Por tanto, confesaos vuestros pecados unos a otros, y orad unos por otros para que seáis sanados. La oración eficaz del justo puede lograr mucho.

Elías era un hombre de pasiones semejantes a las nuestras, y oró fervientemente para que no lloviera, y no llovió sobre la tierra por tres años y seis meses.

  

Stg. 5:16   Gen. 18:27,28   Lc. 23:24   Mt.5:44   Jn.17:9,20   Gal.6:2   Stg.5:16,17 

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