HAMBRE Y SED DE JUSTICIA
A los hambrientos ha colmado de bienes
y ha despedido a los ricos con las manos vacías.
Porque dices: “Soy rico, me he enriquecido y de nada tengo necesidad”; y no sabes que eres un miserable y digno de lástima, y pobre, ciego y desnudo, te aconsejo que de mí compres oro refinado por fuego para que te hagas rico, y vestiduras blancas para que te vistas y no se manifieste la vergüenza de tu desnudez, y colirio para ungir tus ojos para que puedas ver.
‘Yo reprendo y disciplino a todos los que amo; sé, pues, celoso y arrepiéntete.
Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, pues ellos serán saciados.
Los afligidos y los necesitados buscan agua, pero no la hay, su lengua está reseca de sed.
Yo, el Señor, les responderé, yo, el Dios de Israel, no los abandonaré.
Yo, el Señor, soy tu Dios, que te saqué de la tierra de Egipto; abre bien tu boca y la llenaré.
¿Por qué gastáis dinero en lo que no es pan, y vuestro salario en lo que no sacia? Escuchadme atentamente, y comed lo que es bueno, y se deleitará vuestra alma en la abundancia.
Yo soy el pan de la vida; el que viene a mí no tendrá hambre, y el que cree en mí nunca tendrá sed.
Lc.1:53 Ap.3:17-19 Mt.5:6 Is.41:17 Sal.81:10 Is.55:2 Jn.6:35