Ropas , solo ropas

Y Jehová Dios hizo al hombre y a su mujer túnicas de pieles, y los
vistió. Génesis 3:21.

El era un joven ejemplar. Todavía recuerdo los comentarios que hacían
respecto de él: excelente hijo, excelente amigo, buen estudiante,
cristiano, consagrado. ¿Qué madre no se alegraría de tenerlo como
yerno? ¿Qué pastor no se sentiría contento de tenerlo como líder de
su iglesia? ¿Quién no gustaría de llamarlo su amigo?
Los años fueron pasando, y un día llegó la trágica noticia: Murió;
peor todavía, se quitó la vida. ¿Cómo era posible? ¿No sería una
broma de mal gusto? Lamentablemente, sí era él; la información no
estaba errada.
Todos los seres humanos luchamos; para ser mejores, ser buenos
ciu­dadanos, buenos esposos, en fin… Con él, no era diferente: su
lucha diaria era por la búsqueda de la perfección. Procuraba ser el
mejor en todo, espe­cialmente en la vida cristiana: oraba, ayunaba,
predicaba, cantaba, sabía de memoria los Mandamientos, sabía lo que
podía y lo que no debía hacer; conocía y sabía mucho sobre
profecías y doctrinas. Tenía todo, pero no tenía nada. Era infeliz,
vacío; su vida no tenía sentido. Vivió para agradar a todos; para
hacer que todos fuesen felices. Pero, él mismo nunca lo había sido.
Su drama era disfrazar sus fallas con buenas acciones, querer agradar a
los demás, y a Dios, con buenas obras. El nombre que damos a eso es
legalis­mo. Legalismo es la intención de comprar el favor de Dios con
acciones, con esfuerzo personal; legalismo es luchar por esconder la
desnudez del alma con mis propias prendas. Ese fue, también, el drama
de Adán y de Eva: cu­brieron su desnudez con hojas de higuera, sin
percibir que esas hojas traían más problemas que soluciones.
No existe nada que puedas hacer para que Dios te ame más de lo que te
ama. No existe sacrificio que aumente la misericordia de Dios o que
dupli­que su cuidado por ti. Dios es amor, y si lo buscas en humildad
te coloca las
ropas que él preparó para ti.
Ropa, en la Biblia, es sinónimo de salvación. ¡Presta atención! El
texto señala que Dios les hizo la ropa y fue él mismo quien los
vistió. ¿Te diste cuenta de que el ser humano solo se deja vestir?
Todo, en la salvación, es acción divina.
En un nuevo día, siempre es bueno recordar eso. La obra es de Dios, y
tú solo debes aceptar: “Y Jehová Dios hizo al hombre y a su mujer
túnicas de pieles, y los vistió”.

DIOS TE BENDIGA,

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