«¿Cuándo está bien mentir?»

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Imagen por philozopher

En este mensaje tratamos el caso de un hombre que «descargó su conciencia» de manera anónima en nuestro sitio www.conciencia.net y nos autorizó a que lo citáramos, como sigue:

«A mí me gusta ser sincero. Estoy consciente de que la mentira es uno de los pecados que no le gustan a Dios, pero siempre me sucede que, cuando piden mi opinión, no es la que están esperando. Me pasa mucho con mi novia…. Esto hace que ella levante una discusión y se ponga a llorar, porque dice que yo la maltrato y que soy un grosero….

»Mi pregunta es: ¿Cuándo está bien mentir para que las demás personas no se sientan mal? ¿Cómo hago para mentir y continuar normalmente como si mi opinión no valiera?»

Este es el consejo que le dimos:

«Estimado amigo:

»¡Qué pregunta tan interesante! Usted supone que sólo tiene dos opciones: mentir, o herir los sentimientos de otra persona. Con cualquiera de las dos que escoja, sabe que ha hecho algo indebido….

»Usted tiene razón al decir que a Dios no le gusta la mentira. Lo cierto es que uno de los Diez Mandamientos dice que no debemos mentir.1 Sin embargo, otro principio bíblico, conocido como la regla de oro, dice que debemos tratar a los demás tal y como queremos que nos traten a nosotros.2 Como no queremos que los demás nos hieran con palabras crueles, entonces es obvio que tampoco debemos herirlos a ellos con palabras crueles. De ahí que el mentir y el ser cruel en el trato con los demás sean pecados, ya que ambas conductas quebrantan las leyes divinas que se encuentran en la Biblia. ¿Es uno de esos pecados peor que el otro?

»El quebrantar una de las leyes divinas es como despeñarse por un precipicio. Uno cae, o no cae, al vacío. No es posible caer a medias. O se quebranta la ley de Dios, o no se quebranta. Cualquier pecado, ya sea que se considere insignificante o que se juzgue muy significativo, es como despeñarse por ese precipicio. Y cuando caemos al vacío, tiene que haber alguien que nos «salve». A eso se debe que Jesucristo haya venido al mundo a morir por nuestros pecados: para poder salvarnos del castigo por haber quebrantado sus leyes. A los ojos de Dios, no hay diferencia entre un pecado y otro. No hay una escala de pecados. Así que el mentir y el ser cruel son igual de pecaminosos.

»No obstante, usted tiene una opción que no es mala. No tiene que mentir ni tiene que ser cruel. Sólo tiene que guardar silencio en lugar de decir lo que está pensando. Usted dice que le gusta ser sincero. Guardar silencio no es falta de sinceridad. Cuando le hagan una pregunta difícil, en lugar de contestarla, responda con otra pregunta (de un modo jocoso). «¿Por qué quiere saberlo?» es una pregunta que da buenos resultados…. Siempre esté listo para decir cosas positivas y amables que lo ayuden a cambiar el tema. Piense en cumplidos y en todo lo que pueda decirles a los demás que sea positivo a la vez que verdadero.3 Póngalo en práctica, y verá que cuanto más exprese pensamientos positivos y sentimientos amables, más fácil se le hará.

»¡No deje de ser atento y considerado!

»Linda y Carlos Rey

El consejo completo, que por falta de espacio no pudimos incluir en esta edición, puede leerse con sólo pulsar el enlace en www.conciencia.net que dice: «Casos», y luego el enlace que dice: «Caso 62».

Carlos Rey
Un Mensaje a la Conciencia
www.conciencia.net


1Éx 20:16
2Mt 7:12; Lc 6:31
3Fil 4:8

Un Mensaje a la Conciencia

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