Fe muerta

Cundo empezamos a caminar en el evangelio, podemos dividir a algunas hermanos de la fe en dos grupos: uno, los que conocen de La Palabra y la gente saben que son cristianos, los ven ir a la escuela dominical, pero no comparten las buenas nuevas del evangelio con los demás, es como si La Palabra fuera para ellos exclusivamente. Dos, los que dicen ser cristianos, pero no leen la Biblia, no pueden compartir nada con nadie porque no la leen, así que tampoco hacen nada por la obra; van a la iglesia, no obstante no son miembros de ningún ministerio, en fin son totalmente apáticos al trabajo de la iglesia. Es triste ver cómo algunos nos acomodamos a la idea de ir a los servicios, a las reuniones sociales de la iglesia, a los retiros, y nos olvidamos de los esencial: la gran comisión (Mateo 28:19 RVR1960).

El Señor a través de Su Espíritu Santo me ha regalado esta Palabra para compartirla con ustedes con el fin de exhortar a aquellos que deben trabajar y ser más diligentemente con la obra y los negocios de nuestro Padre. La Palabra para compartir en este día es la siguiente:
“Porque como el cuerpo sin espíritu está muerto, así también la fe sin obras está muerta” (Santiago 2: 26 RVR1960).

Cuando el Señor Jesús preparó a los doce no les dijo que se quedaran con ese conocimiento para ellos, ¿verdad? Les dio instrucciones específicas: id y haced discípulos. De esto se trata el Cristianismo, de ganar almas para el Señor. No podemos profesar una fe en un Dios Todopoderoso si no mostramos frutos que sean proporcionales a lo que Dios hace en nuestras vidas. Es tiempo de salir de esa zona de comodidad de las cuatro paredes de la iglesia y empezar lo verdaderamente important. Igualmente, es tiempo de reclamar esas almas que se pierden para el Dios viviente que mora en nosotros. Es tiempo de actuar y ser más agresivos. Ya es tiempo para compartir el evangelio con tu familia, tus amigos, tus vecinos, tus compañeros de trabajo, etc.

Hay que ser más diligentes con aquello que el Señor Jesús nos encomendó, no vaya a ser que cuando Él venga ni siquiera hayas empezado, pues si no damos frutos, seremos árboles que serán cortados y echados al fuego (Mateo 7:19). No esperes hasta el último día para empezar La Gran Comisión, el tiempo es ahora. Jehová Dios nos necesita ya. Espero que actúes inmediatamente y empieces a elaborar un plan, de lo contrario, pídele a Dios que te muestre cómo hacer lo que has debido hacer hace mucho tiempo atrás.

Bajo la guía del Espíritu Santo,

Sergio Meza Padilla

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