«Mi esposa no me hace caso»
En este mensaje tratamos el caso de un hombre que «descargó su conciencia» de manera anónima en nuestro sitio www.conciencia.net y nos autorizó a que lo citáramos, como sigue:
«Tengo casi dos años de casado. Mi niña tiene casi un año. Al nacer mi niña, decidimos venir a vivir con mi suegra…. Estuve de acuerdo, ya que mi esposa es hija única… y, además, la dejó el esposo. Tenemos serias discusiones. Ella no me hace caso. Sale con su mamá a donde ella quiere, sin contar con mi opinión…. Siento que su madre la manipula. A raíz de las discusiones fuertes, ella se la pasa echándome de la casa, y yo no me voy porque amo muchísimo a mi hija y no quiero vivir separado de ella.
»Siento que ya no amo a mi esposa. ¡Necesito ayuda, por favor! Los dos somos profesionales.»
Este es el consejo que le dio mi esposa:
«Estimado amigo:
»Usted da a entender que se siente frustrado y enojado, así como que siente amor por su hija. Si tuviera que decidirse por cuál de esos sentimientos es el más fuerte, creemos que usted diría que es el amor por su hija. Si eso es cierto, entonces lo que más sentido tiene es que tome toda decisión basado en lo que más le conviene a ella.
»Usted no lo dice, pero suponemos que quien cuida a su hija mientras los dos trabajan es su suegra. Es obvio que le conviene más a su hija que la cuide la abuela amorosa que una persona desconocida. Pero cuando una abuela está involucrada en la gestión cotidiana de la familia, no es de extrañarse que ella comience a entrometerse en las decisiones que se toman. Son pocas las abuelas lo suficientemente sabias como para reservarse sus opiniones.
»En el caso suyo, parece que su esposa y la madre de ella son además muy amigas y les gusta pasar tiempo juntas. Eso en sí es bueno. Pero su esposa ha sido imprudente al no pedirle a usted su opinión.
»Usted dice que siente que ya no ama a su esposa. Pero eso en realidad no importa. Los sentimientos vienen y van. Usted se comprometió en matrimonio de por vida, así que ya es hora de concentrarse en repararlo y de amar mediante sus acciones, aunque no sienta nada.
»Busque a un consejero matrimonial y, si su esposa se niega a acompañarlo, esté dispuesto a ir solo a las consultas por todo el tiempo necesario. Cada día recuérdese a sí mismo que su hija tendrá una vida mucho mejor si usted logra llevarse bien con la mamá de ella. Así que dispóngase a ceder en cuanto a algunas de sus expectativas. De ser posible, busque una vivienda cerca de su suegra, y mude allí a la familia.
»Por último, pídale a su Padre celestial que le ayude a mostrar amor aun cuando no lo sienta. Recuerde que Dios estuvo dispuesto a sacrificar a su único Hijo por lo mucho que nos ama. Usted bien pudiera necesitar seguir ese ejemplo y disponerse a hacer algunos sacrificios difíciles. Su hija vale la pena, ¿no es así?»
Con eso termina lo que recomienda Linda, mi esposa. Este caso y este consejo pueden leerse e imprimirse si se pulsa la pestaña en www.conciencia.net que dice: «Casos», y luego se busca el Caso 442.
Carlos Rey
Un Mensaje a la Conciencia
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