El Señor es muy compasivo, y misericordioso.

Como un padre se compadece de sus hijos, así se compadece el Señor de los que le temen.  

Clemente y compasivo es el Señor… recordará su pacto para siempre.

No permitirá que tu pie resbale; no se adormecerá el que te guarda. He aquí, no se adormecerá ni dormirá el que guarda a Israel.

Como un águila que despierta su nidada, que revolotea sobre sus polluelos,  extendió sus alas y los tomó,  los llevó sobre su plumaje.

El Señor solo lo guió, y con él no hubo dios extranjero.

Las misericordias del Señor jamás terminan, pues nunca fallan sus bondades; son nuevas cada mañana; ¡grande es tu fidelidad!

Y al desembarcar, vio una gran multitud, y tuvo compasión de ellos y sanó a sus enfermos.

Jesucristo es el mismo ayer y hoy y por los siglos.

Y hasta los cabellos de vuestra cabeza están todos contados. ¿No se venden dos pajarillos por un cuarto? Y sin embargo, ni uno de ellos caerá a tierra sin permitirlo vuestro Padre. Así que no temáis; vosotros valéis más que muchos pajarillos.

Stg. 5:11   Sal. 103:13;  111:4, 5;   121:3,4   Dt. 32:11,12   Lm. 3:22,23  

Mt. 14:14   Heb. 13:8   Mt. 10:30,29,31