«Cuando me vaya yo»
Imagen por feder77
(Antevíspera del Cincuentenario de la Muerte de Nino Bravo)
«El accidente mortal de Nino Bravo [sucedió] en la mañana del 16 de abril de 1973…. Se dirigía [de Valencia] a Madrid al volante de un BMW 2800…. Parece que… lo adquirió en un concesionario de segunda mano. Nino había empezado a ahorrar algunas ganancias de sus actuaciones, de las que apartó las correspondientes a ese [auto] y a una [casa]….
»[Después de] su primer [auto]… [había adquirido] un Mercedes, modelo antiguo, con el que, desplazándose de Valencia a Barcelona con sus músicos [sólo cinco meses antes, había sufrido] un aparatoso accidente, saliendo él y sus ocupantes ilesos, pero [quedando] el vehículo… completamente destrozado. [Ese había sido] un serio aviso para la integridad física del cantante. Él mismo me lo contó en la última entrevista que le hice, muy poco antes de su muerte… —relata Manuel Román en el Diario Libertad Digital en 2020—. Recuerdo que, hablándome de la discreción con la que siempre se mostraba con los periodistas, me confió: “Fíjate si no quiero salir en la prensa por algo que no sean mis canciones, que hubiera podido contaros detalles de ese accidente, como una noticia sensacional, para decir que estuve a punto de matarme. Pero no me aproveché de esa desgracia…”. Así era Nino, que tenía con el destino una cita inaplazable unos meses más tarde», declara el veterano periodista español.1
Hacía sólo tres años Nino Bravo había alcanzado la total consagración discográfica con la canción «Te quiero, te quiero». Las siguientes palabras de la canción «Esa será mi casa», de la cara B de ese disco, presagiaban esa cita ineludible:2
Un libro quedará abierto,
una carta sin escribir.
De un árbol caerá una hoja
y yo me alejaré de ti.
Allí quedará mi silla
sin que nadie se siente en ella.
Allí quedará mi amor
entre las paredes viejas….Esa será mi casa
cuando me vaya yo;
esa será mi casa
cuando te diga adiós.
Esa será mi casa
cuando te diga adiós;
esa será mi casa
cuando me vaya yo.
«En el Cementerio Municipal de Valencia… diez mil personas pugnaban por llegar hasta el nicho, lo que resultaba absolutamente imposible dado el reducido espacio en el que nos hallábamos, una estrecha calle del camposanto —cuenta Román como testigo ocular—. [Embarazada de su segunda hija, su esposa] María Amparo, vestida rigurosamente de luto, se daba cabezazos contra el féretro que contenía los restos mortales de su marido. Repetía constantemente: “¡No puede ser, no puede ser…!” Yo estaba [apenas a] dos metros y lo escuché.»3
Manuel Román tiene razón. Nino tenía una cita inaplazable con el destino, así como la tenemos nosotros. Quiera Dios que, «cuando nos vayamos nosotros», cada uno hayamos ya reconocido que su Hijo Jesucristo es el único camino por el que se puede transitar desde nuestra casa en este mundo y llegar a salvo a la que Él fue a prepararnos allá en el cielo.4
Carlos Rey
Un Mensaje a la Conciencia
www.conciencia.net
1 | Manuel Román, «El aviso en la carretera que recibió Nino Bravo antes de su fatal accidente», Diario Libertad Digital, 24 octubre 2020 <https://www.libertaddigital.com/chic/corazon/2020-10-24/ el-aviso-en-la-carretera-que-recibio-nino-bravo-antes-de-su-fatal-accidente-6673346> En línea 28 octubre 2022. |
2 | Manuel Román, «Adiós a Nino Bravo», Web Oficial de Nino Bravo <https://www.ninobravo.net/adios-a-nino-bravo/?et_blog> En línea 31 octubre 2022. |
3 | Román, «El aviso en la carretera que recibió Nino Bravo antes de su fatal accidente». |
4 | Jn 14:1-6 |