«¡Murió gloriosamente, pero vive!»
Imagen por Dayle’s Fotos
(Bicentenario de la Batalla de Pichincha)
Entre los dieciséis y dieciocho años de edad, tanto en triunfos como en derrotas, participó valerosamente en casi todas las luchas por la independencia. Pero la hora de su máxima gloria fue el 24 de mayo de 1822, durante la histórica Batalla de Pichincha, librada en las altas faldas del volcán, con la cual quedó sellada la independencia del Ecuador.
Según el historiador ecuatoriano Camilo Destruge, «puestos uno frente al otro los dos ejércitos, el republicano y el realista, y dadas las órdenes para combatir, carga el teniente abanderado Abdón Calderón con denuedo y bizarría, y sale herido en el brazo derecho. Lánzase de nuevo a esa horrible lucha y otra bala le hiere el brazo izquierdo, destrozándoselo horriblemente. “¡Para vencer al enemigo no se necesitan brazos! —[exclama] con la energía y el coraje de un valiente—. ¡Adelante, valientes republicanos! —[grita] a los suyos—. ¡Adelante, que yo os acompaño hasta morir!” Y el intrépido joven, seguido por esos valientes y denodados patriotas del [batallón] Yaguachi, arremete otra vez contra los realistas, a los que hace flaquear y retroceder…. Recibe entonces un tercer balazo, en un muslo, y es retirado del campo por algunos de sus compañeros…. Derramando sangre por sus tres heridas, no desmaya y, antes bien, no cesa de adelantar con sus entusiastas voces a los soldados de la patria…. Y al ver desbandarse, huir, rodar por el monte a los derrotados realistas, exclama con júbilo: “¡Hemos vencido; ahora puedo ya morir en paz!”, a tiempo que una cuarta bala le rompe una pierna, y rueda por tierra, sin conocimiento, por la abundante pérdida de sangre; pero cae abrazado a la bandera de la patria».1
Al enterarse de lo ocurrido, el General Antonio José de Sucre le envió el siguiente informe al Libertador Simón Bolívar: «Hago particular memoria de la conducta del teniente Abdón Calderón, que habiendo recibido consecutivamente cuatro heridas, jamás quiso retirarse del combate. Probablemente morirá, pero el Gobierno de la República sabrá recompensar a su familia los servicios de este Oficial Heroico.»2
Calderón, en efecto, murió el 7 de junio a causa de las heridas y de la pérdida de sangre sufridas en la batalla. Habiéndolo ascendido Sucre al grado de capitán, Bolívar expidió un decreto nueve días después en que ordenaba que en el futuro no se volviera a asignar el rango de capitán de la Compañía Yaguachi; que, al pasar lista, siempre se mencionara su nombre y sus integrantes respondieran en coro: «¡Murió gloriosamente en Pichincha, pero vive en nuestros corazones!»; y que a su madre se le pagara el sueldo que hubiera recibido su hijo.3
Así como el ejército ecuatoriano se ha esforzado por mantener fielmente esa tradición en este mundo, más vale que nos esforcemos nosotros por asegurarnos de que, cuando se pase lista en el mundo venidero, se mencione nuestro nombre y podamos responder: «¡Presente, porque mi Capitán Jesucristo murió por mí gloriosamente y vive en mi corazón!4
Carlos Rey
Un Mensaje a la Conciencia
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1 | Camilo Destruge, Album Biográfico Ecuatoriano, Tomo II, Tercera Parte, Hombres Notables de la Independencia (Guayaquil: Tipografía El Vigilante, 1904), pp. 62-63 <https://archive.org/details/albumbiogrficoe02destgoog/page/n10/mode/2up> En línea 3 diciembre 2021; y Efrén Avilés Pino, «Batalla del Pichincha», Enciclopedia del Ecuador, Historia del Ecuador <http://www.enciclopediadelecuador.com/historia-del-ecuador/batalla-del-pichincha> En línea 3 diciembre 2021. |
2 | Academia Nacional de Historia Militar, «Calderón Garaycoa, Abdón», Bicentenario de la Independencia de Guayaquil, Boletín No. 11, 2020, pp. 192-93 <http://biblioteca.armada.mil.ec/omeka-2.4.1/files/ original/bb119e1d80153e6b308d0f8021b7a237.pdf> En línea 3 diciembre 2021. |
3 | Ibíd.; Avilés Pino. |
4 | Dn 12:1-2; Lc 10:20; Fil 4:3; Ap 3:5; 13:8; 17:8; 19:15; 21:27 |